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Las PTAR de Chinchaya son una muestra concreta de cómo la cooperación internacional puede apoyar soluciones innovadoras y descentralizadas que mejoran la calidad de vida de las comunidades y protegen los ecosistemas. Con esta entrega, se consolida un modelo replicable en otras zonas periurbanas y rurales de Bolivia.

En un paso significativo hacia la sostenibilidad ambiental y el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: Agua limpia y saneamiento, la comunidad de Chinchaya celebró la inauguración de tres plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) financiadas íntegramente por la Embajada de Suecia en Bolivia. Las infraestructuras forman parte del programa Modelos Descentralizados de Saneamiento en Bolivia, una iniciativa impulsada por la cooperación sueca en alianza con Aguatuya y EPSAS.

Con una inversión de 3.5 millones de bolivianos, estas plantas están diseñadas para tratar las aguas residuales de más de 2 mil habitantes, cubriendo una necesidad crítica en una comunidad que hasta hace poco no contaba con soluciones adecuadas de saneamiento. La Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) cedió los terrenos para la instalación de las obras, consolidando una cooperación efectiva entre actores públicos, comunidades y la cooperación internacional.

La primera secretaria de la Embajada, Teresa Björklund acompañó la entrega de plantas en Chinchaya este agosto.
La primera secretaria de la Embajada, Teresa Björklund acompañó la entrega de plantas en Chinchaya este agosto. (Foto: Teresa Björklund)

“Para la Embajada de Suecia, el saneamiento es una prioridad estratégica que conecta salud, dignidad y sostenibilidad ambiental. A través del proyecto ‘Modelos Descentralizados de Saneamiento en Bolivia’, impulsado junto a Aguatuya, contribuimos al cierre del ciclo urbano del agua con soluciones sostenibles que recuperan recursos y protegen ecosistemas. Este año acompañamos la inauguración de la planta de tratamiento de aguas industriales en Tarija y tres nuevas plantas en Chicani y Chinchaya, reafirmando nuestro compromiso con tecnologías que mejoran la calidad de vida de las comunidades bolivianas.”, explicó Teresa Björklund, primera secretaria y oficial de programas de Medio Ambiente, Cambio Climático y Recursos Naturales de la Embajada de Suecia.

Estas infraestructuras son clave dentro de un proyecto integral que también contempla dotación de agua potable y alcantarillado sanitario, desarrollado en conjunto con el municipio de La Paz y la Cooperación Española. No obstante, el aporte sueco se ha centrado en asegurar el tratamiento adecuado de las aguas servidas, completando el ciclo del agua y promoviendo soluciones descentralizadas, sostenibles y adaptadas al contexto local.

Ambas plantas utilizan la innovadora tecnología de lombrifiltros, sistemas naturales que eliminan contaminantes sin generar lodos, ruidos ni olores. Además de tratar el agua de forma eficiente, generan abono natural que puede ser usado en áreas verdes, cerrando el ciclo de los nutrientes y reduciendo impactos ambientales.

 

El sistema de lombrifiltro, además de tratar el agua de forma eficiente, generan abono natural que puede ser usado en áreas verdes (Foto:Teresa Björklund).

 

Contar con estas plantas significa salud, dignidad y protección del río Hampaturi, que forma parte de la vida de las comunidades aledañas. Hoy el río está protegido de las descargas contaminantes de las comunidades atendidas por las PTAR.

El proyecto forma parte de una intervención más amplia en Chicani y Chinchaya, liderada por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, EPSAS y cooperantes internacionales. Sin embargo, el aporte de la cooperación sueca ha sido determinante para garantizar la integralidad del sistema, asegurando que el agua que llega a los hogares también sea devuelta al ambiente de forma segura.

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